No los vemos pero siempre están ahí, acompañándonos, alentándonos, animando, ayudando...
No los vemos pero siempre van con nosotros, allá donde vamos ellos están ahí...
Son nuestros ángeles.
No hablo de fantasía o de ficción, hablo de realidad.
No son pequeñitos ni tienen alas, no vagabundean volando alrededor nuestro... simplemente están ahí, dentro y fuera de nosotros.
¿Quiénes son esos ángeles? Para mí la respuesta es sencilla: son aquellos seres que forman parte de mi vida de manera especial.
No los vemos pero siempre van con nosotros, allá donde vamos ellos están ahí...
Son nuestros ángeles.
No hablo de fantasía o de ficción, hablo de realidad.
No son pequeñitos ni tienen alas, no vagabundean volando alrededor nuestro... simplemente están ahí, dentro y fuera de nosotros.
¿Quiénes son esos ángeles? Para mí la respuesta es sencilla: son aquellos seres que forman parte de mi vida de manera especial.
Aquellas personas a las que he abierto las puertas de mi corazón y entran en mi morada con el mayor respeto del mundo porque sienten que lo que vivo y pienso es importante para ellas.
Personas que pasan sin llamar porque no necesitan pedir permiso pues saben que siempre lo tienen.
Personas a las que puedo confiarles mis secretos, mis alegrías y, sobre todo, mi debilidad.
Las que sufren con mi dolor y gozan con mis alegrías.
Las que me miran de frente sin temor a encontrarse con lo que transmiten mis ojos.
Las que luchan a mi lado en los proyectos que emprendo.
Las que tiran de mí cuando me rezago y no caminan delante ni detrás sino a mi lado.
Esos son mis ángeles, y los tuyos también.
No es necesario tener alma de niño para descubrirlos, aunque siempre ayuda una mirada bondadosa e inocente, tan solo basta atender lo que cada día vivimos para verlos a cada momento.
Hoy, doy gracias por todos esos "ángeles" que se han puesto en mi camino porque en ellos encuentro la fuerza para vivir y crecer.
Personas que pasan sin llamar porque no necesitan pedir permiso pues saben que siempre lo tienen.
Personas a las que puedo confiarles mis secretos, mis alegrías y, sobre todo, mi debilidad.
Las que sufren con mi dolor y gozan con mis alegrías.
Las que me miran de frente sin temor a encontrarse con lo que transmiten mis ojos.
Las que luchan a mi lado en los proyectos que emprendo.
Las que tiran de mí cuando me rezago y no caminan delante ni detrás sino a mi lado.
Esos son mis ángeles, y los tuyos también.
No es necesario tener alma de niño para descubrirlos, aunque siempre ayuda una mirada bondadosa e inocente, tan solo basta atender lo que cada día vivimos para verlos a cada momento.
Hoy, doy gracias por todos esos "ángeles" que se han puesto en mi camino porque en ellos encuentro la fuerza para vivir y crecer.


No hay comentarios:
Publicar un comentario
*** GRACIAS POR TU COMENTARIO QUE SIEMPRE SERÁ BIENVENIDO ***