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29 de diciembre de 2016

CULPABLES O NO

No culpes a nadie. Nunca te quejes de nadie, ni de nada, 
porque fundamentalmente tú has hecho tu vida.
Acepta la responsabilidad de edificarte a ti mismo 
y el valor de acusarte en el fracaso
para volver a empezar, corrigiéndote. 
El triunfo del verdadero hombre surge de las cenizas de su error.
Nunca te quejes del ambiente o de los que te rodean, 
hay quienes en tu mismo ambiente supieron vencer. 
 
Las circunstancias son buenas o malas 
según la voluntad o fortaleza de tu corazón.
Aprende a convertir toda situación difícil en un arma para luchar. 
No te quejes de tu pobreza, de tu soledad o de tu suerte, 
enfréntalas con valor, y acepta que todo depende de ti.
No te amargues por tu propio fracaso, ni se lo cargues a otro, 
acéptate ahora o seguirás justificándote como un niño, 
recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar 
y que ninguno es tan terrible para claudicar. 
 
Deja ya de engañarte, eres la causa de ti mismo, 
de tu necesidad, de tu dolor, de tu fracaso.
Sí, tú has sido el ignorante, el irresponsable, 
tú, únicamente tú, nadie pudo haber sido por ti.
No olvides que la causa de tu presente es tu pasado, 
así como la causa de tu futuro será tu presente, tu hoy.
Aprende de los audaces, de los fuertes,
imita a los enérgicos, a los vencedores,
a quienes no aceptan las situaciones, 
a quienes vencieron a pesar de todo.
 
Piensa menos en tus problemas y más en tu labor, 
y tus problemas, sin alimento, morirán. 
Aprende a nacer desde el dolor
y a ser más grande que el más grande de los obstáculos. 
Mírate en el espejo de ti mismo. 
Comienza a ser sincero contigo mismo. 
 
Reconociéndote por tu valor, por tu voluntad y por tu debilidad.
Recuerda que dentro de ti hay una fuerza que todo lo puede. 
Reconociéndote a ti mismo más libre y más fuerte, 
dejarás de ser un títere de las circunstancias,
porque tú mismo eres tu destino.
Y nadie puede sustituirte en la construcción de tu destino.
Levántate, mira el sol por las mañanas y respira la luz del amanecer.
 
Tú eres parte de la fuerza de tu vida.
Ahora despierta, camina, lucha.
Decídete... y triunfarás en la vida.
 

21 de diciembre de 2016

MIS ÁNGELES

No los vemos pero siempre están ahí, acompañándonos, alentándonos, animando, ayudando...
No los vemos pero siempre van con nosotros, allá donde vamos ellos están ahí...
Son nuestros ángeles.
No hablo de fantasía o de ficción, hablo de realidad.
No son pequeñitos ni tienen alas, no vagabundean volando alrededor nuestro... simplemente están ahí, dentro y fuera de nosotros.
¿Quiénes son esos ángeles?  Para mí la respuesta es sencilla: son aquellos seres que forman parte de mi vida de manera especial.
Aquellas personas a las que he abierto las puertas de mi corazón y entran en mi morada con el mayor respeto del mundo porque sienten que lo que vivo y pienso es importante para ellas.
Personas que pasan sin llamar porque no necesitan pedir permiso pues saben que siempre lo tienen.
Personas a las que puedo confiarles mis secretos, mis alegrías y, sobre todo, mi debilidad.
Las que sufren con mi dolor y gozan con mis alegrías.
Las que me miran de frente sin temor a encontrarse con lo que transmiten mis ojos.
Las que luchan a mi lado en los proyectos que emprendo.
Las que tiran de mí cuando me rezago y no caminan delante ni detrás sino a mi lado.
Esos son mis ángeles, y los tuyos también.
No es necesario tener alma de niño para descubrirlos, aunque siempre ayuda una mirada bondadosa e inocente, tan solo basta atender lo que cada día vivimos para verlos a cada momento.
Hoy, doy gracias por todos esos "ángeles" que se han puesto en mi camino porque en ellos encuentro la fuerza para vivir y crecer.
 

8 de diciembre de 2016

UN LLANTO SALUDABLE

Cuando lloramos, en la mayoría de los casos, encontramos como primera reacción el intento, por parte de nuestro entorno, de aplacar nuestro llanto. Son típicas expresiones como: "No llores, se te ve muy feo cuando lloras", "No merece tus lágrimas", "Llorar no va a solucionar tus problemas", etc. Estas u otras expresiones buscan nuestro consuelo, y, aunque suelen estar bien intencionadas, ejercen el efecto contrario, dado que nos sentimos frustrados al no ser comprendidos.
 
En nuestra cultura llorar se ha asociado a debilidad, por ello muchas personas intentan reprimir el llanto, sobre todo públicamente. Esto emocionalmente es una bomba de relojería. Tanto las emociones positivas como las negativas han de ser expresadas logrando así un compendio emocional equilibrado, pues las emociones que se expresan, logran superarse.
 
Llorar es beneficioso para la salud. Se produce una liberación de adrenalina, hormona segregada en situaciones de estrés, y noradrenalina, una hormona que actúa como neurotransmisor que contrarresta el efecto de la adrenalina.
El efecto de ambas hormonas produce en el organismo una sensación de desahogo y tranquilidad, el cuerpo se relaja y, no es raro, que la persona se quede dormida después de un episodio de llanto. Por tanto, el dejar salir todas estas emociones negativas que nos sobrepasan en determinados momentos de nuestra vida, ayuda al bienestar posterior y se convierte en un aprendizaje propio sobre como gestionarnos emocionalmente.
 
Tan beneficioso es REIRSE como lo es LLORAR, puesto que ambos son estados emocionales innatos en el ser humano que nos ayudan a liberar emociones tanto positivas en el caso de la risa, como negativas en el del llanto. Las dos formas de expresión de sentimientos son necesarias para que la persona gestione correctamente su estado de ánimo. De la misma manera que el fijarse en tan sólo una de ellas, como el hecho de estar todo el día riendo reprimiendo el llanto, o todo el día llorando reprimiendo la risa, suponen un malestar emocional difícil de controlar.
 
Así que no nos dé miedo el expresar cómo nos sentimos, primero nos ayudará a sentirnos mejor y segundo ayudará a que las personas que nos rodean y nos quieren entiendan cuál es nuestro estado de ánimo y puedan actuar en consecuencia, siempre respetando que para nosotros es necesario estas formas de expresión.