La vida nos sorprende a cada instante, unas veces para bien y otras no tanto.
Lo importante es la actitud que nosotros adoptamos. Podemos permanecer como ostras escondidas en su concha o podemos dejarnos empapar por todo lo que nos sucede.
De todo lo que nos ocurre podemos extraer una enseñanza, no sólo de las cosas buenas, a veces las caídas, los errores, los fracasos, nos hacen crecer y avanzar. No debemos ser inflexibles pensando en que tal o cual situación se dará como esperamos, quizá los giros que la vida nos da sean beneficiosos en algún momento. Lo que hoy creemos que fue algo terrible, probablemente mañana lo veamos con otra perspectiva.
Por eso es bueno dejarnos sorprender... por los pensamientos, por los acontecimientos, por las amistades...
A veces creemos que algo o alguien no nos gustará y más tarde nos descubrimos disfrutando de esa situación o de esa compañía inesperada.
Debemos ver la vida como un regalo que hay que sacar de su envoltorio para ver lo que contiene.
Atrévete a descubrir lo desconocido,
salta al vacío,
vive cada instante con plenitud...
pues las mejores cosas suceden
cuando menos lo esperamos.
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