Comenzar un nuevo proyecto siempre supone riesgos. Por definición, el riesgo supone una contingencia e incluso puede acarrear un daño. Pero al mismo tiempo el riesgo te abre las puertas a nuevas posibilidades todavía sin explorar. Ahí radica la novedad, en estar abiertos a los cambios, a las novedades, a lo desconocido, aunque, con frecuencia, el miedo o las dudas te atenacen. Habrá que arriesgarse en algunas cosas si quieres hacer algo nuevo. No puedes caminar si antes no tomas la firme decisión de ponerte en marcha, eso sí, antes debes tomar la precaución de conseguir todo lo que vas a necesitar para emprender ese nuevo camino y, sobre todo, tener la mente y el corazón abiertos a las eventualidades que el camino te depare porque ya lo dijo el poeta...
"Caminante no hay camino, se hace camino al andar"...
Así que toma tus cosas... tus habilidades, tus aptitudes, tus ilusiones, tus esperanzas... y ¡PONTE EN MARCHA!
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