A veces, hay que limpiar los ojos con las lágrimas...
para ver mejor.
No me avergüenzo de llorar... unas veces de alegría, otras de tristeza... porque algo no sale como esperaba, o simplemente por nostalgia... Llorar es bueno porque me alivia, me ayuda a exteriorizar sentimientos y que no queden enquistados en el interior. En algo tan pequeño como una lágrima cabe algo tan grande como un sentimiento, por eso las lágrimas son purificantes... y yo nunca prescindo de ellas.
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