
A veces es muy complicado dejarse mojar. Dejarnos mojar por los demás, por el que está al lado, por el que camina a mi compás, por el que se cruza conmigo en cualquier esquina.
Es más o menos fácil dejarnos mojar por los amigos, o por los que queremos o admiramos, pero la dificultad aparece cuando el que se acerca a mí es alguien a quien en principio "no controlo". Es mejor sacar "mi paraguas" para resguardarme de los que no quiero que se acerquen a mí. Sacar el paraguas de la incomprensión, de la intolerancia, de la inseguridad, de la inapetencia, del "no tengo tiempo"... ¡Hay tantos tipos de paraguas y tantas ocasiones para abrirlos...!
¿Cuándo voy a dejar de defenderme y a cerrar mi paraguas personal para dejarme mojar y empapar por el otro?